Agua

En los primeros tiempos, cuando Iguala aun era territorio Chontal, la única manera de obtener agua era de los ríos, lagos, lagunas y manantiales, pero no había mayor problema porque las aguas del río San Juan eran cristalinas y no como ahora que están llenas de excremento debido a la desembocadura del drenaje, lo mismo sucedió con las aguas de Tuxpan, que en tiempos de antaño lucieron esplendorosas y relucientes, y hoy son una reverenda porquería debido a la inconsciencia de la población, que además de lavar ahí su ropa y contaminar con químicos la laguna, deja que los marranos y otros animales anden en ella y hagan sus necesidades ahí, aunado a esto, los deshechos fecales provenientes del cereso de Tuxpan van a dar directamente a esta laguna, con lo cual sale sobrando decir que en un futuro no muy lejano la laguna de Tuxpan será exactamente igual al río San Juan: Sucia, apestosa y antihigiénica, una vez más el hombre se encargará de destruir una maravilla natural.

Los aztecas y nuestras demás culturas prehispánicas ya conocían los acueductos, en Iguala ya teníamos uno construido en aquellos tiempos pero sufrió serios percances, y no fue sino hasta el año de 1 730, cuando en Iguala los chontales reconstruyeron el acueducto dirigidos por los Frailes Franciscanos, gracias al cual bajaron por gravedad el agua del “Caño”, de lo cual ya he hablado con más amplitud anteriormente.1

No fue sino hasta 1938 cuando se introdujo en la ciudad la primera tubería y hasta 1943 se perforó el primer pozo profundo para abastecer de agua a la ciudad.

Actualmente la ciudad se abastece del agua que brindan los 9 pozos que se encuentran en servicio y la de las plantas potabilizadoras.