En su libro “Crónica de la ciudad de Iguala”, Guadarrama Gómez menciona que el significado de la palabra chontal es el de “Extranjero” , y que este grupo habitó antaño la ciudad de Iguala, el sitio exacto no puede precisarse debido a la falta de pruebas fidedignas. Algunos dicen que habitaban en los cerros, en Motlalcehuatl, hoy conocido como “pueblo viejo”, otros aseguran que residieron en el valle.
Con el paso del tiempo, por el año de 1300, los chontales igualtecos recibieron una fuerte agresión por parte de la tribu Cohuixca, los cuales se apoderaron de la parte central del territorio que hoy ocupa el estado de guerrero y formaron una republica llamada cohuixcatlapan, las fronteras de los chontales y los cohuixcas estaban marcadas por los cerros donde hoy se ubican las colonias Burócrata y C.N.O.P. Siendo la primera un asentamiento de la tribu chontal, pues en ella se han encontrado chalchihuites (cuentas finas) y algunos objetos y artesanías de barro de uso común, además de vestigios de tecorrales, lo cual evidencia el asentamiento de dicho grupo en los mencionados cerros.
En el año de 1427, acontece entre los tenochca la muerte del rey Chimalpopoca (Escudo que humea), y cuentan las crónicas que se reunieron todos los de esta tribu, y tomando la palabra el más anciano, dirigioles la siguiente oración:
“Os falta la lumbre de vuestros ojos, pero no la del corazón, y no falta quien pueda ocupar su puesto: no ha muerto toda la nobleza tenochca , ni se aniquiló toda la sangra real. Volved los ojos, aquí están todos los nobles guerreros puestos en orden, y no uno y dos, sino muchos y muy excelentes príncipes; aquí están los hijos de Acamapichtli, nuestro verdadero rey y señor: escoged, decid a quien queréis por nuevo rey. Si perdisteis padre, aquí hallareis padre y madre. Haced cuenta de que por breve tiempo se eclipsó el sol y se obscureció la tierra, y que luego a la tierra tornó la luz. Si se obscureció Tenochtitlán con la muerte de vuestro rey, elegid otro rey, y salga con él el nuevo sol. Mirad a quien echáis los ojos, y en quien piensa vuestro corazón y a quien apetece, que ese es el que elige vuestro dios Huitzilopochtli.”
Todos los presentes acordaron la elección de Itzcoatl por nuevo rey y señor, Según el Códice Mendoza, desde el año de Ce técpatl (Uno pedernal. 1427) hasta el año de Matlactliome técpatl (1440), el tlatoani Itzcoatl gobernó Tenochtitlan.
Fue durante el gobierno de Itzcoatl, en el año de 1435, cuando los aztecas invadieron el pueblo de Iguala, ya que en el códice aparece un glifo con cuatro ojos estelares en el interior y circundado por 8 ojos estelares en el exterior, junto con un templo incendiándose (símbolo de pueblo conquistado) y escrito por el amanuense la palabra “yoalan” (que como ya se explicó en la toponimia, se cree que es el nombre prehispánico de la ciudad, aunque existen otras versiones), y es Iguala el penúltimo pueblo conquistado por este tlatoani.
Mientras Iguala estuvo sometido por el imperio azteca, se vio en la obligación de pagar el tributo al emperador, el tributo de esta comarca se pagaba cada 80 días y consistía en: 800 mantas comunes, 10 tabletas de oro, 20 recipientes de oro, 800 jícaras con calabazas pipianas, maíz, fríjol, chia, copal, miel silvestre, sartas de piedras finas (chalchihuites), 100 hachas de cobre y cada año 3 vestidos plumarios.
A su muerte, le sucede en el trono Motecuhzomatzin Ilhuicamina (El señor lleno de coraje) el año trece Técpatl, es decir, el 19 de agosto de 1440. Fue este señor Motecuhzoma excelente guerrero durante el reinado de Itzcoatl, y a él se debió gran parte de la fama guerrera durante el gobierno de su antecesor. Una vez nombrado rey, Motecuhzoma Ilhuicamina reanudó las conquistas de su imperio y logró dominar treinta y tres pueblos entre los que quedo incluido Yoaltepec, siendo este pueblo de yoaltepec el mismo que Yoalan14, representado ahora por un jeroglífico más completo y detallado.
En 1492, un atrevido marino de nombre Cristóbal Colón, parte de España con tres carabelas en busca de una ruta más corta hacia lo que en ese entonces era conocido como las indias orientales, comúnmente denominado Asia. Pero el resultado de su expedición fue el descubrimiento del continente americano, gracias a este descubrimiento, inicia la trágica historia de la conquista española sobre los pueblos mesoamericanos.
Los españoles comenzaron a poblar la isla de Cuba, y la ocuparon como punto de partida para las expediciones a México, desde ahí zarparon tres importantes expediciones españolas hacia el territorio que hoy ocupa nuestro país.
En el año de 1517 llegó al territorio mexicano la expedición de Francisco Hernández de Córdoba, la cual es narrada por Bernal Díaz de la siguiente manera:
“…trujimos de aquel viaje ciento y diez soldados, ataron la nave en la primera tierra que saltamos, que se dice chanpoton, más de la mitad de nosotros, el capitán salió con diez flechazos y todos los demás soldados a dos y…dándonos de aquel arte hobimos de volver con mucho trabajo a la isla, habíamos salido con el armada y el capitán murió luego llegando a tierra, que de los ciento y diez soldados que veníamos quedaron muertos los cincuenta y siete…”
Posteriormente se realiza la expedición de Juan de Grijalba, que según las palabras de Bernal acontece de la siguiente manera:
“…después destas guerras volví la segunda vez, desde la misma isla de cuba, con otro capitán que se decía joan de Grijalva, y tuvimos otros grandes encuentros de guerra con los mesmos indios del pueblo de chanpoton, y en estas segundas batallas nos mataron muchos soldados, y desde aquel pueblo fuimos descubriendo la costa adelante, hasta llegar a la nueva España, y pasamos hasta la provincia de panuco y otra vez hobimos de volver a la isla de cuba muy destrozados y trabajosos, ansi de hambre como de sed…”
Es la tercera expedición la más digna de mencionarse, pues con la llegada de Hernando Cortes da origen la verdadera conquista de México, que no solo afectó a Yohuala, sino al país entero. A este respecto Bernal cuenta:
“…vine la tercera vez, con el venturoso y esforzado capitán don Hernando Cortes,…en ocho días del mes de febrero del año de mill quinientos y diez y siete salimos de la habana, del puerto de Axaruco,…y desde los navíos vimos un gran pueblo, que al parecer estaría de la costa dos leguas, y viendo que era gran poblazón y no habíamos visto en la isla de cuba ni en la española pueblo tan grande, le pusimos por nombre el gran cairo,…y una mañana, vimos venir diez canoas muy grandes, que se dicen piraguas, llenas de indios naturales de aquella poblazón, y venían a remo y vela…y con señas de paz que les hicimos…entraron en la nao capitana sobre treinta dellos, y les dimos a cada uno un sartalejo de cuentas verdes, y estuvieron mirando un buen rato los navíos, …y venían estos indios vestidos con camisetas de algodón como jaquetas, y cubiertas sus vergüenzas con unas mantas angostas, que entre ellos llaman masteles, y tuvimoslos por hombres de mas razón que los indios de cuba, porque andaban los de cuba con las vergüenzas de fuera, eceto las mujeres, que traían hasta los muslos unas ropas de algodón que llaman naguas…”
Aquí comienza la trágica historia, el venturado capitán Don Hernando Cortés no tenía ordenes de conquista, pero aun desobedeciendo al mismo rey de España se lanzó a esta empresa, y lo más impresionante es que solo con 500 hombres derrotó a un imperio de miles de guerreros.
Con la llegada de los españoles Moctezuma fue hecho prisionero, y sus leales súbditos, incluso el pueblo entero, estaba dispuesto a derramar lagrimas y sangre para liberarlo, sin embargo, hábilmente Cortes convenció al tlatoani de que dijera que estaba ahí por su voluntad, de manera que no se efectuó ninguna batalla.
Los aztecas tomaron la actitud del tlatoani como traición, y un mexica llamado Cuitlahuac, que era su pariente, tomó el mando del imperio a espaldas de Moctezuma, cuando este ultimo regreso a gobernar su imperio, ofreció un discurso para explicar lo acaecido y el porque se encontraba con los españoles, pero ya los indios estaban inquietos y tenían desconfianza, así que atacaron a Moctezuma con piedras, lo que la mayoría del mundo desconoce, es que al ofrecer este discurso, Moctezuma estaba protegido por los españoles de Cortes, quienes lo rodearon con sus escudos para protegerle la vida, sin embargo, no les fue posible, Moctezuma murió asesinado de tres pedradas, una en el cráneo, otra en el brazo y otra en la pierna.
Muerto Moctezuma, Cuitlahuac se convirtió en el nuevo emperador e inmediatamente ordenó atacar a los españoles hasta que ninguno quedara con vida, y fue ésta la batalla de la noche triste, donde Cortés perdió muchísimos de sus hombres y cuando difícilmente lograron escaparse con las vidas.
Muere Cuitlahuac enfermo a causa de la viruela negra traída por los españoles, y Cuauhtemoc, el águila que cae, subió al trono a defender a su pueblo.
Los españoles estaban decididos a conquistar Tenochtitlan a como diera lugar, así que fueron con sus aliados los tlaxcaltecas para que les dieran miles de hombres para la lucha, y también mano de obra, con la que construyeron 13 bergantines con los cuales asediaron los alrededores de la ciudad, también taparon el bastimento de agua y evitaron la entrada de comida, aun con hambre y sed, y llenos de epidemias, los tenochca lucharon hasta el final, debemos sentirnos orgullosos de nuestro pueblo guerrero que muere en la batalla, pero jamás se rinde.
En agosto 13 de 1521, los españoles se preparaban para dar el ataque final, y Cuauhtemoc decide retirarse de la ciudad con un pequeño grupo de familiares y servidores, entre los que se encontraba el noble guerrero Yope Popocatzin.
Cuauhtemoc no huyó por cobardía, se retiró de la zona en conflicto para organizar un contraataque con los hombres que supuestamente lo apoyarían desde fuera de la capital tenochca.
Las canoas salieron por Tlatelolco, pero no lograron burlar el cerco español, así que el águila que cae quedó en manos enemigas, pero esto no fue la derrota del pueblo mexica ni el fin de la conquista, puesto que la guerra seguía latente.
Cuando Cuauhtemoc fue llevado ante la presencia de Cortes, cuenta Bernal Díaz que acaeció lo siguiente:
“…y desque se vio delante del le hizo mucho acato, y Cortes con alegría le abrazó y le hizo mucho amor a él y a sus capitanes; y entonces el guatemuz le dijo a cortes: < señor malinche: ya he hecho lo que soy obligado en defensa de mi ciudad, y no puedo mas, y pues vengo por fuerza y preso ante tu persona y poder, toma ese puñal que tienes en la cinta y mátame luego con el > y esto cuando se lo decía lloraba muchas lagrimas y sollozos , y también lloraban otros grandes señores que consigo traía…”
Aunque el Capitán Cortés le “perdonó” la vida a Cuauhtemoc, poco después lo haría sufrir su tormento, quemándole los pies junto con su primo el señor de Tacuba para que revelaran donde se encontraba el tesoro real, siendo que un tiempo atrás ya Cortes lo había encontrado, siendo este el tesoro de Axayacatl, que fue un gran emperador y padre de Moctezuma Xocoyotzin, así mismo, es importante destacar que gran parte de este tesoro, si es que no en su totalidad, les fue robado a los españoles en la mar por un corsario que se decía Juan Florín, que estaba al servicio del gobierno Francés.
Posterior a su tormento, sin haberle podido sacar información, Cortés tomó a Cuauhtemoc y a los grandes caciques indígenas como esclavos y los llevó con el durante la pacificación de los pueblos en el sureste de México, pero Cuauhtemoc era un guerrero reacio y jamás se rindió ni traicionó a su pueblo, es por eso que, según la narración de Bernal Díaz, sucedió lo siguiente:
“ …guatemuz, gran cacique de México, y otros principales que iban con nosotros habían puesto en platicas, o lo ordenaban, de nos matar a todos y volverse a mejico, y, llegados a su ciudad, juntar sus grandes poderes y dar guerra a los que en mejico quedaban, y tornarse a levantar, e quien lo descubrió a cortes fueron dos grandes caciques, que se decían Tapia y Juan Velásquez, este Juan Velásquez fue capitán general de guatemuz cuando nos dieron guerra en México, e como Cortes lo alcanzó a saber,…y lo que alcanzó saber era que sería bien que cuando pasemos un río o cienaga, dar en nosotros, porque eran los mejicanos sobre tres mill y traían sus armas y lanzas y algunos con espada. el guatemuz confesó que ansi era como lo habían dicho los demás, … pero que nunca tuvo pensamiento de salir con ello, sino solamente la platica que sobrello hubo…”
Pero Cortés, desconfiado y precavido, no estaba dispuesto a correr un peligro de muerte, así que sin pensarlo dos veces mando ahorcar a Cuauhtemoc, pero el águila que cae pronunció sus últimas palabras:
“…< oh malinche; días había que yo tenía entendido questa muerte me habías de dar e había conocido tus falsas palabras, por qué me matas sin justicia, dios te la demande, pues yo no me la di cuando te me entregaste en mi ciudad de México >…”
De esta manera termina la conquista y empieza una nueva forma de vida en todo el país, donde obviamente queda incluido nuestro valle Yohuala, dando origen al mestizaje y al nacimiento de nuevas costumbres y tradiciones, producto del encuentro de dos mundos.
Después de que acaeció la conquista, por el año de 1522, Iguala fue capitulada por el capitán Gonzalo de Sandoval y Don Francisco Mejía fue nombrado Señor de Iguala.
En 1526 llegaron los primeros Franciscanos a evangelizar a Iguala, que para entonces ya contaba con el real acueducto de las mercedes de agua, provenientes del cerro del tehuehue, del lugar que ahora se le llama “El caño” y se ubica en la colonia C.N.O.P. Este acueducto pasaba por la calle Real (hoy Aldama) y descargaba el preciado y cristalino líquido en tres fuentes o posas principales, la del mercado, la del atrio de la iglesia y la de la plaza de armas, de las cuales todos se abastecían puesto que el agua era abundante. Actualmente este acueducto es únicamente historia, puesto que el único vestigio que queda de el es un pedazo de 8.29 metros de longitud; como se encontraba en muy malas condiciones debido al daño que la raíz de un árbol ámate le ocasionó, estos vestigios sufrieron una remodelación y se le agregaron dos muros de contención del lado de la calle de Aldama para que no se viniera abajo, así mismo se levantó un poco más y en la mejor parte del mismo, se puede apreciar una imitación del cause que antaño condució la clarísima agua hacia la plaza de las armas, dicho cause tiene una anchura de 70 cm y se encuentra un tanto deteriorado, su parte mas profunda posee una anchura de 33 cm, el árbol conocido en la región como “ámate” que tanto daño causó al acueducto aun se encuentra ahí, puesto que sus raíces crecieron entre las piedras del mismo y el hecho de quitarlo implica la destrucción forzosa de este vestigio histórico. Una mera suposición de lo que pudo ser el acueducto se encuentra en la diagonal de Aldama, con una altura de 3.40 metros y presentando arcos romanos de 3.21 metros de ancho.
En 1535 Iguala adquiere la categoría de corregimiento, en 1549 fue ascendida a cabecera y pasó a gobernar 5 pueblos que formaban su jurisdicción, y que comprendían: Tepecoacuilco, Cocula, Tuxpan, Mayanalan y Tlaxmalac, situados en la provincia de México, por ese año Iguala contaba con 6000 habitantes según las palabras del bachiller Moreno.
En el año de 1550 se dispuso por órdenes del Virrey Don Luis de Velasco, que Iguala pagara al encomendero 5 reales. En el año de 1556 Iguala se amplió con la incorporación de las comunidades de Huitzuco, Coatepec y Cuetzala.
En la carta viva que dejó a los indios de Ixcateopan, Fray Toribio de Benavente “motolinia” , menciona que los naturales de esta región (la región norte del estado) eran de raza chontal:
“…Me dijeron los nativos que su raza era los chontales, mandaban toda esta tierra desde Zacoalpan, Chontalcuatlán hasta Acamista y Catahualla…”
Esta noticia fue confirmada años después por Fray Alonso de Maldonado en su informe al Arzobispado de México, en el año de 1569, donde menciona que la mitad de los habitantes de Iguala eran chontales.
En esta misma relación, hecha por el vicario Alonso de Maldonado, se establece que Iguala se encuentra a 25 leguas de la ciudad de México y que cuenta con dos alcaldes pero que no existe un gobernador. Así mismo, menciona la existencia de 562 tributarios casados y 620 hombres casados y solteros mayores de 14 años, más 840 mujeres casadas, viudas y solteras mayores de 11 años.
Si hacemos un poco de cuentas, obtendremos un total de 2022 habitantes para ese año, sin contar, desde luego, los niños menores a la edad establecida, y cabe destacar, que desde aquel tiempo había en esta ciudad más mujeres que hombres, fenómeno que se ha presentado siempre desde entonces según se verá en el desarrollo de está cronología, y que aun prevalece, según el ultimo censo de población realizado por el INEGI.
La opinión que de Iguala y sus habitantes se tenía para ese año es como sigue:
“…En yohuala hay pocos labradores, son todos mercaderes y grandes holgazanes…”
El notable descenso de la población se debió a que muchos Igualtecos huyeron de su pueblo para refugiarse en tierras más altas, ya que la gran mayoría de ellos eran obligados a trabajar en el real de Taxco, lo cual representaba para ellos tan duro esfuerzo que les ocasionaba la muerte. No debe extrañarnos que los antiguos yohualenses murieran a causa del trabajo rudo, ya antes en la descripción se ha mencionado que eran mercaderes, y ayer como hoy, ser comerciante no implicaba gran esfuerzo físico, además esta actividad les generaba grandes ganancias, Iguala en ese entonces era habitada por gente rica, como se verá después, y esta abundancia les proporcionaba una vida cómoda, es lógico pensar, entonces, que la explotación de la que fueron victimas los mataba en pocos días.
Cuenta la relación que al enterarse de esta situación vino a Yohuala el Francisco Mejía y encontró que la población casi había desaparecido, y que algunos indios le mostraron oro en grano, y que los grandes principales se ofrecieron como fieles servidores de su majestad con tal de ya no ir a las minas de Taxco porque les era un trabajo muy duro, de manera que el Francisco Mejía prometió ayudarles porque los considero gente de razón que se daba en paz de la mejor manera, de esta forma, el mismísimo Cortés ordenó que los naturales de Yohuala ya no fueran a trabajar a las minas, esta noticia fue bien recibida por los naturales y muchos volvieron a la ciudad.
A partir de 1571, Iguala cobra gran importancia, pues se convierte en el centro político más importante de la región norte de lo que hoy es el Estado de Guerrero, de esta manera se vuelve paso obligado para los comerciantes que iban desde el oriente hasta el puerto de Acapulco, es así que grandes y valiosas mercancías comienzan a circundar nuestro fértil valle.
Desde que la conquista se llevó a cabo, nuestros indígenas fueron victimas de una terrible explotación y maltrato, Iguala no fue la excepción, pero los habitantes de antaño eran inteligentes y no se dejaron doblegar, esto sucedió en el año de 1593, debido al maltrato del que eran victimas los indígenas igualtecos por parte de los españoles, los ancianos del pueblo escribieron una carta al Virrey Don Luis de Velasco, en la cual denunciaban al corregidor por ser cruel y explotador, suplicando lo destituyeran de su cargo y se pusiera a otro en su lugar, siempre y cuando no fuera este minero, y aclamaban buen trato y justicia, pues el tributo era pagado puntualmente y eran buenos y devotos cristianos.
Los misioneros que vinieron a estas tierras por segunda ocasión, provenían del convento de Cuernavaca, fue bajo la dirección de los mismos que se reconstruyó el acueducto.
Por fin, el 9 de enero de 1732, comienza la vida del pueblo nuevo, con una pequeña casa misional que se localizaba en lugar que hoy ocupa la “Plaza San Ángel”. Localizada en la calle de Hermenegildo Galeana, justo enfrente del monumento erigido a la ciudad de Iguala.
En ese mismo año comenzaron las mejoras del pueblo de Iguala, el empedrado de sus principales calles, la Real (hoy Aldama), la que conducía al poblado minero de Taxco, y la remodelación de la plaza de armas.
Se tienen noticias, que han sido confirmadas en el directorio parroquial de San Francisco de Asís, que en el año de 1704 comenzaron a formarse los cimientos del templo de San Francisco, justo al lado de la antigua capilla de tejamanil. Acto en el que cabe suponerse, ayudaron los fieles católicos bajo la dirección de los frailes franciscanos. A saber, he aquí la lista de los Misioneros franciscanos que evangelizaron Iguala desde el año de 1700 hasta 1781.
Fray Miguel Ruiz de Mota
Fray Tomás de Soto y Acuña
Fray Antonio de la Peña
Fray Juan Santos de Mendoza
Fray Miguel Mateo Adán de los Ríos
Fray Nicolás Gonzáles
Fray José Rodríguez Juárez
Fray Juan Francisco de Ocampo
Fray Pedro Anna de Montes
Fray Juan del Pilar de Soto y Acuña
Fray Atanacio Segura
Fray Juan Francisco de Arce
Fray José Villanuedas
Fray Francisco Sánchez
Fray Mateo Iguera
Fray Nicolas de Inofova
Fray Gregorio Rodríguez Rocogayo
Fray José Maria Macasado
En el año de 1781 se entregaron al arzobispado de México los asuntos religiosos de la ciudad, así que los frailes se retiraron, se fueron ellos, pero su obra quedó con nosotros.
Corría el mes de mayo del año de 1791, cuando el sabio español que llevaba por nombre Alejandro Malaspina, quien había sido enviado a México por el Rey ilustrado Carlos III para hacer un viaje de “reconocimiento” por el mundo y recopilar material de primera mano, pasó por nuestra ciudad17, y dejó asentado en sus escritos que:
“…En Iguala había cerca de 400 casas esparcidas en medio de árboles frutales, que se daban silvestres, a excepción de los ciruelos. Tres mil “almas” habitaban esta amena población, que vivía de la agricultura; sus melones y sandias eran de “mucho crédito” . Por otra parte, abundaba el ganado porcino. Con la grasa de los cerdos y con tequesquite que traían de México hacían Jabón en 7 fabricas diferentes, cuya producción servia para abastecer Acapulco y Puebla. Iguala contaba con 4 tiendas muy bien surtidas y abundaban las fortunas que excedían de los 100 000 pesos. La arriería dejaba muchas ganancias, pues las recuas18 repartían la producción jabonera y los frutos de la región…
Por otra parte, el mismo expedicionario menciona sobre Iguala el “Modus vivendi” que los igualtecos tenían en ese año:
…Gracias a la fertilidad de sus tierras y a la prosperidad de la industria local del jabón, los vecinos de Iguala vivían con desahogo y comodidad. Esto se reflejaba en su manera de vestir…la vestimenta de los hombres consistía en un calzón19 y una manga
–es decir, una especie de poncho- de paño azul. Se ponían una mascada alrededor del cuello y otra en la cabeza. La camisa era de manta o de algodón, igual que la de las mujeres. Ellas usaban bajo las faldas fondos bordados, seguramente provenientes de la nao de china,…la enagua o falda era de cambaya o de “pañito de la india” ; completaba su atuendo el rebozo de Tenancingo20. La mayoría usaba zapatos con hebilla de plata y medias de seda china. Durante el invierno usaban ropa de paño. Por otra parte, los lugareños se veían muy limpios: no es de extrañar habiendo siete fabricas de jabón…” 21
Para 1794, se erige canónicamente la vicaria de Iguala como Parroquia, nombrándose como su titular a San Francisco de Asís, Cuentan algunos cronistas que desde ese entonces cada 4 de octubre los feligreses acuden al templo a presentar sus primicias, saliendo de sus casas y negocios con músicas y danzas, cada uno en el ramo de su actividad. Lo cual no se duda haya sido cierto, pero al paso del tiempo esta celebración perdió su objetivo principal de manifestar la fe y se convirtió en lo que actualmente se conoce como “Día de los locos” y aunque esta celebración aun se realiza en memoria de San Francisco de Asís, ha perdido su esencia y devoción.
En 1803 el Barón Alejandro de Humboldt pasó por la población de Iguala, como lo comenta en el itinerario de su ensayo político sobre el reino de la Nueva España.22
Fueron dos acontecimientos importantes los que destacaron a principios del siglo XIX, el primero fue ocasionado por la acción de un fuerte huracán, el cual ocasiono una terrible tormenta que se llevó el techo de tejamanil de la capilla Igualteca, quedando solo las bardas largas y delgadas, alguien pensó que era mejor ponerles bóveda, pero las paredes no resistieron y se vino abajo. Fue entonces que los igualtecos construyeron otra capilla de palma y tejamanil en el suroeste del atrio de la iglesia, en frente del ahora zócalo.23
La noche del 15 y la madrugada del 16 de septiembre de 1810 se encendía la chispa del movimiento que cambiaría toda la historia de nuestro país. Ya varios días atrás se habían llevado a cabo reuniones secretas entre los conspiradores de la independencia, en la casa de la corregidora Doña Josefa Ortiz de Domínguez, se habían reunido Allende, Hidalgo, y otros grandes mexicanos, pero en el transcurso de esa noche estaba sucediendo algo grande:
La conspiración había sido descubierta, de manera que el cura Hidalgo se encontraba apurado, momentos después llego el Gral. Ignacio Allende a la casa del Cura, tras dialogar un rato sobre la gravedad del asunto, ambos se estrecharon la mano diciendo: La libertad o la muerte. Posteriormente, el Cura Don Miguel Hidalgo mandó dos muchachos a repicar las campanas, dos a buscar cohetes, otros dos a los alrededores a llamar a la gente y cuatro a las calles a gritar.
-Viva el Señor Cura Hidalgo!- exclamaron todos
-No, tened- el cura formó una banderola con un pañuelo, y pegó en el centro de él una estampa de la virgen de Guadalupe.
– Gritad: ¡Viva la VIRGEN DE GUADALUPE! , ¡Viva la LIBERTAD! y ¡MUERAN los gachupines!
Los serenos gozosos salieron de la casa del cura gritando ¡Viva la LIBERTAD!, Al poco tiempo, multitud de cohetes tronaban; las campanas y esquilas se escuchaban; y las gentes y muchachos que por curiosidad salían a las puertas y ventanas de las casas se reunían al grupo y gritaban maquinalmente: ¡Viva la LIBERTAD!, ¡Viva el cura Hidalgo!, ¡Viva la VIRGEN DE GUADALUPE!, ¡MUERAN los gachupines!.
Diez minutos después, un inmenso gentío con hachones, cañaverales y banderolas formadas con pañitos discurría y ondeaba como una gran serpiente de fuego, por todas las calles de Dolores. El cura condujo al capitán Allende, y señalándole a la multitud, frenética, que se desgañitaba, le dijo:
-La chispa esta arrojada; el combustible es mucho, y el incendio no se apagará fácilmente.
El reloj dio doce campanadas, cuando se supo en México la noticia del grito de Dolores, el inmenso edificio de Gobierno, construido con la calma de trescientos años y consolidado con añejas preocupaciones, tembló hasta sus cimientos. De esta manera comenzó la libertad en México.24
La ciudad de Iguala fue el primer pueblo del sur que escuchó el grito de Dolores, El igualteco Don Francisco Hernández fue quien lanzó una proclama el 15 de Diciembre, que se imprimió en Guadalajara. Y en la plaza de armas convocó al pueblo, que armándose con todo lo que tenían a la mano, marchó a Tepeocoacuilco, derrotando a las fuerzas virreinales que comandaba el teniente Coronel Antonio Andrade, quien abandonó el poblado huyendo a todo galope, las tropas igualtecas le pisaron los talones hasta la hacienda de Platanillo.
Fue gracias a esta valerosa hazaña que el padre Hidalgo le expidió desde sus despachos el titulo de Coronel al igualteco Don Francisco Hernández.
En Iguala se le brindó toda la ayuda a la insurgencia, gracias a la simpatía que el pueblo le tenía al Coronel Francisco Hernández; desde entonces, esta zona hasta Tierra Caliente era recorrida por partidos insurgentes cuyos jefes fueron: Ávila y Rubalcaba , Posteriormente Don José Maria Rayón nombró capitán a Don Pedro Asencio de Alquisiras poniéndole a sus ordenes 50 rancheros de Iguala, junto a los cuales luchó heroicamente en diferentes lugares de la región.25
Morelos se estableció en Chilpancingo y forma el primer congreso mexicano, este congreso fue el que recogió los sentimientos del pueblo en un escrito conocido como “Sentimientos de la nación”, siendo que en este documento se expresan los anhelos de aquel México y la idea de Hidalgo de abolir la esclavitud. Este documento que contiene puntos importantísimos para aquel México que buscaba la independencia y soberanía fue redactado en 23 apartados, estos conceptos son los que reclamaba el congreso de 1813 para regir de mejor manera la nación.
En marzo de 1820 se dio a conocer en el país el movimiento que encabezaban los generales Rafael del Riego y Antonio Quiroga a favor de la jura de la constitución por el monarca Fernando VII, hecho que se consumó. Para seguir siendo absolutista, S.M. escribió una carta al virrey Don Juan Ruiz de Apodaca manifestándole sus deseos de venir a México y gobernar, estos hechos se realizaron en el secreto más absoluto.
En las paginas siguientes se encuentra un facsímile de “Los sentimientos de la nación” donde expresa que debe alejarse a las Américas de toda esclavitud, y defiende los derechos del pueblo.
Sin embargo el pueblo no estaba contento, se vivía una gran incertidumbre, varios rebeldes realizaban juntas en el templo de la Profesa, eran estos personajes partidarios del absolutismo los que conspiraron contra la constitución de Cádiz, ¡querían un rey!, y querían que fuera el mismísimo Fernando VII el que gobernara el territorio mexicano. Sin embargo, para realizar su propósito de consolidar un nuevo imperio necesitaban un militar reconocido, con presencia y de peso, así creyeron hallarlo en el Coronel Agustín de Iturbide y Arambulo, sin embargo, dios tenía preparado otro destino.